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miércoles, 31 de agosto de 2011

Estudio sobre la pintura: el temple

 
Presentación de Maria en el Templo, Giotto
1266-1337 Italia
Consiste en mezclar el pigmento con yema de huevo y diluirlo con agua, de preferencia destilada. Al aplicarlo sobre una superficie preparada el agua se evapora, el huevo y el pigmento forman una capa de color fino y resistente. Esta manera de pintar se conoce como “Temple antiguo”.

El temple no tiene la flexibilidad del óleo ni la nobleza de su aplicación pero seca rápidamente y el color conserva su frescura original, conserva su tono y eso no sucede con el óleo que se amarillea con el tiempo. La frescura de su color se puede apreciar en muchas de las grandes obras de la Edad Media.

 Los antiguos artistas de Babilonia, Grecia y China usaron el temple, se conservan muestras en tumbas egipcias, catacumbas cristianas y altares bizantinos. Para citar algunos de los grandes maestros que usaron la pintura al temple se puede comenzar con el florentino Giotto (1266-1337) que pintó en las iglesias de Asís y Padúa, las obras se conservan como recién acabadas de pintar y que tienen más de 600 años de su realización.

El nacimiento de Venus (1484) de Sandro Botticelli
El catalán Pedro Serra (1345-1405), pintó al temple “La anunciación” a finales del siglo XIV. Varias obras maestras de Fra Angélico (1387-1455) con sus azules que no tienen igual y que no podría obtenerse con otras técnicas Francesca (1410-1492) realizó “La natividad” un temple clásico y Duccio (1255-1319) en “Cristo curando a un ciego”. Piero Lorenzetti (1320-¿) con “La Virgen y los ángeles”. El también florentino Sandro Boticelli (1445-1510) con los maravillosos detalles del “Nacimiento de Venus”.

Durante los siglos XVII y XVII, el uso del temple fue casi olvidado, aunque algunos grandes maestros continuaron usándolo como base de sus trabajos para luego terminarlos al óleo. Una especie de renacimiento del temple se inició con el inglés Samuel palmer (1805-1881), el austriaco Gustav Klimt (1862-1918), el alemán Brocklin (1827-1901), el francés Gustave Moreau (1826-1898). Estos grandes maestros dieron una especie de revitalización a la técnica del temple.
A partir del americano Andrew Wyeth (1917-¿) y la nueva escuela americana, esta técnica ha cobrado nueva popularidad. Desde tiempos antiguos se han experimentado una gran diversidad de temples, que sin perder su característica fundamental, que es la frescura del color y su permanencia, de alguna manera se distinguen unos de otros
El período de máximo empleo del temple es anterior a la afirmación y difusión de la pintura al óleo. Entre los siglos XV y XVI, el temple es la técnica de las pinturas medievales. En su mayoría aplicada sobre madera.

Fra Angelico - La anunciacion (1430)

Se pueden distinguir tres grandes períodos en la forma y empleo del temple:

1. El período anterior a las grandes innovaciones de finales del siglo XIII y comienzos del XVI, superposiciones sucesivas de color.

2. En el siglo XVI y primer Quatrocento, el empleo del color aplicando sobre el dibujo veladuras sucesivas que se definen por transparencia.

3. Mezcla de los dos procedimientos anteriores pero fundamentalmente lo que caracteriza al temple son las transparencias.

A medida que la sensibilidad gana terreno, se aprecian otros valores distintos del dominio experimental de la visión, el sentido matérico, la pasta y la tactibilidad del material. Es entonces que el óleo comienza a estar más acorde con estas posibilidades.

Apuntes de la clase "Técnicas y materiales" Maestro Francisco de Santiago Silva. Academia de San Carlos.

jueves, 18 de agosto de 2011

Teoría del arte

MET, Nueva York
Para propiciar un diálogo sobre la percepción y valoración del arte es importante conocer los planteamientos teóricos de Wölfflin en su libro "Conceptos Fundamentales de la Historia del Arte", para lo cual he preparado una síntesis que quiero compartir con ustedes.

Estudiar el arte permite estudiar la historia del ser humano ya que los principios que acompañan el entendimiento de la obra se relacionan con la tradición, con la herencia cultural y el contexto. El arte es considerado el espejo de la vida y permite la libre expresión a partir de la representación de asuntos diversos, haciendo uso del lenguaje que se obtiene paulatinamente.

La visión es un elemento que propicia el encuentro de la forma vital de comprensión, esto en relación con la propia historia de quien contempla y a partir de los grados evolutivos enriquecidos por los contrastes. Para entrar en relación con el entendimiento de una obra de arte, la mirada crea la posibilidad de ver y dar forma, esto ilumina la trayectoría de quien participa del encuentro y le pone luz a un valor especial, entonces abre la dirección y el camino, es un tránsito infinito a la conservación intelectual.

Cuando el artista se propone realizar una pieza entra en relación con categorías unidas y en combinación que anteceden su proceso creativo y su concepción pictórica manifiesta sus categorías de visión que muchas veces entran en tensión con la perspectiva, creando efectos ópticos o pone en relación significados para la vista de quien contemplará para despertar su sentido plástico y sentimientos. El resultado puede afectar en sentido decorativo e imitativo evocando sus formas de comprensión y representación.

El momento de inspiración se nutre del anhelo de figurar y proyectar composiciones para ocupar el plano  que las figuras se dispongan llenando el marco a partir de la forma libre y abierta, una interpretación que depende del estado de ánimo para encarnar un ideal dentro de la esfera de la sensibilidad. En ciertos casos pretende acomodar una cierta belleza y explicarla a partir de la naturaleza con una impresión de vitalidad, otras, el artista experimenta un cambio de disposición en el interés, buscando así el significado del ser, lo esencial de la forma sólida y permanente, esto es intuición y movimiento.